viernes, 1 de septiembre de 2017

A veces me gustaría que la vida fuera más fácil, más lineal. Yo siempre quedo prendida en el sube y baja, hasta que colapso, porque ya no puedo más, porque no puede ser peor, pero todo puede aún ponerse un poco más turbio y duele. Duele la soledad, darte cuenta que en realidad nadie entiende la complejidad de las cosas. Se lo decís a pocos y esos pocos no dimensionan. No querés estar sola, pero tampoco podés pedir ayuda, porque repetir la historia hasta que alguien se digne a aparecer duele mucho más que aguantar. Y te quebrás por dentro. El alma se desmorona y con ella toda tu fortaleza. Estás perdida, no sabés hacia dónde, ni por qué, ni cómo. Hay tanto ruido que ni escucharte a vos misma podés. Te acostumbrás a no poder dormir, a andar con los ojos hinchados, a dar vuelta la almohada porque no queda centímetro cuadrado que no esté empapado de lágrimas. Soñás con que mañana será un mejor día, y parcialmente lo es, pero siempre ocurre algo que no te deja disfrutar los pequeños logros. ¿Qué está pasando?¿Por qué no puede ser todo un poquito más sencillo?

No hay comentarios: