sábado, 13 de agosto de 2016

Hay lugares a los que siempre uno vuelve, vuelve porque es inevitable por la simple condición de ser humano. Una vez más me siento perdida, aunque perderme significa, en realidad, encontrarme estancada en el mundo que habitan estas palabras. Los últimos días fueron muy grises, esos que intentás combatir con tu mejor sonrisa y con toda tu positividad, pero que no se logran sobrellevar, mientras se enredan hasta el punto en el que todo pierde total sentido. Y te desmoronás, perdés tu punto fijo, tu equilibrio y dejás de ser vos. Sos un ente extraño, que camina, que tiene tu voz y tu rostro, pero que no dice, hace, ni sonríe como vos lo harías. ¿A dónde estoy?¿A dónde me fui?¿Cómo regreso? No lográs salir del pozo, no lográs ver la luz, todo se vuelve pálido y opaco. Y te planteás que el problema quizá es que siempre pensaste que tendrías la capacidad de volar más alto, que quizá tus expectativas sobre vos misma siempre fueron muy altas y que en verdad no tenés capacidad alguna, que sos un fracaso y que vas a decepcionar a todos, a vos en primer lugar. Espero el rayo de luz, espero reencontrarme conmigo pronto, porque me necesito, necesito saber que puedo proponerme ser mejor, necesito saber que puedo avanzar, pero para eso primero requiero saber que soy alguien que puedo reconocer y modificar.

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