No voy a decir que mi vida no tiene sentido sin vos, no, porque hice mucho de ella en estos dos últimos años, es más, fui muy feliz a pesar de que no estuvieras ahí; pero tampoco puedo negar las ganas que tengo de que formes parte de ella de una manera diferente. Dos años esperando que pase algo que cambie todo, aunque parte de mí aceptó que nada va a cambiar, que todo esto solo existe en un plano irreal, utópico, que a pesar de eso resulta imposible de destruir totalmente.
A veces creo que es injusto que por tu vida haya pasado tanta gente y yo no pude lograr que nadie desvíe mi mirada de vos; que tengas a alguien ahí, que está compartiendo los momentos en los que me gustaría estar. Me siento idiota cuando no puedo no sentirme feliz de tus logros y evitar así que mi cabeza divague en cómo me gustaría estar abrazándote, besándote, es más, a veces mis pensamientos van tan lejos que se imaginan los pequeños gestos que tendría con vos... Pero todo es fantasía, todo tiene que comprimirse en una simple pelota de deseos que tengo que esconder en lo más profundo de mí, porque no puede ser, porque no son así las cosas, porque no sería justo para nadie conocer que es todo esto que guardo adentro. Falta poco para uno de los momentos más importantes de tu vida, falta poco para que no pueda estar ahí como me gustaría, falta poco, muy poco, para que tenga que llevar a cabo una de las mejores actuaciones de mi vida; espero ser capaz de reflejar lo mínimo indispensable, y no levantar sospechas de lo feliz y orgullosa que voy a estar por dentro.
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